El vino es una de las bebidas más populares, inspiración de novelas y películas, pero muy poca gente sabe en realidad cómo se hace el vino. En este artículo conocerás el proceso de elaboración paso a paso.
El arte de la vinificación: ¿Cómo se hace el vino paso a paso?
La elaboración del vino es un proceso fascinante que combina ciencia, arte y tradición. Desde la selección de las uvas hasta el embotellado final, cada paso es crucial para obtener una bebida de gran calidad. En nuestros tours de enoturismo podrás conocer con mayor detalle sobre este proceso, por ahora, describimos cómo funciona.
1. Vendimia y selección de la uva
La vendimia y selección de la uva marcan el inicio del apasionante proceso de hacer vino. Este momento crucial generalmente ocurre durante la época de cosecha, cuando las uvas alcanzan su madurez óptima.
Los viticultores seleccionan meticulosamente las uvas, evaluando su calidad y condiciones de madurez, y luego se recolectan a mano o con máquinas especializadas, dependiendo de la escala de la operación y del tipo de uva.
Durante este paso, se debe mantener la integridad de la fruta para preservar su calidad, las que están recién cosechadas se transportan a la bodega, donde comienza la siguiente fase del proceso de vinificación.
La calidad de las uvas seleccionadas en esta etapa inicial tendrá un impacto significativo en el resultado final del vino, destacando la importancia de una cuidadosa vendimia y selección de la uva en la elaboración de vinos de alta calidad.
2. Despalillado y estrujado
Después de la vendimia y selección de las uvas, el proceso sobre cómo se hace el vino continúa con el despalillado y estrujado de las uvas.
Esto quiere decir que la fruta recién cosechada se introduce en una máquina despalilladora, que separa las uvas de los racimos y elimina los tallos. Este proceso es crucial ya que los tallos pueden aportar sabores amargos no deseados al vino.
Una vez despalilladas, las uvas se someten al estrujado, donde se rompen las bayas para liberar el jugo y facilitar la extracción del mosto. El estrujado puede realizarse de forma suave para preservar la integridad de las bayas y obtener un mosto de alta calidad.
En algunos casos, especialmente para vinos tintos, se puede optar por la maceración de las uvas estrujadas con la piel, se aplastan con los pies, lo que contribuye al color y sabor del vino final.
El despalillado y estrujado son procesos fundamentales que preparan las uvas para la fermentación, permitiendo que el mosto extraído alcance su máximo potencial en términos de sabor, aroma y calidad.
3. Fermentación
En la fermentación, el mosto recién extraído de las uvas se transforma en vino bajo la acción de las levaduras. El proceso ocurre de manera natural gracias a la presencia de levaduras ambientales en la piel de las uvas o puede ser iniciado mediante la adición de levaduras seleccionadas.
Durante la fermentación, las levaduras convierten los azúcares presentes en el mosto en alcohol y dióxido de carbono, generando calor como subproducto. La temperatura y duración de la fermentación son controladas cuidadosamente por el enólogo para obtener los perfiles de sabor deseados.
En el caso de vinos blancos, la fermentación puede tener lugar a temperaturas más bajas para preservar los aromas frescos y frutales, mientras que para los tintos, se busca extraer más color y estructura, por lo que puede ser a temperaturas más altas y con una maduración más prolongada.
Una vez que la fermentación se completa y el azúcar se ha convertido en alcohol, el vino joven resultante puede ser sometido a procesos adicionales como la crianza en barrica o el embotellado directo, dependiendo del estilo deseado.
La fermentación es un paso crítico que influye significativamente en las características finales del vino.
4. Prensado
Después de la fermentación, viene el paso del prensado, que consiste en separar el líquido fermentado, ahora conocido como vino, de los sólidos de la uva, como las pieles, semillas y pulpa.
Se realiza utilizando una prensa, que puede ser de diferentes tipos, desde prensas manuales tradicionales hasta neumáticas modernas. La intensidad del prensado determina la cantidad de líquido extraído y, por lo tanto, influye en el estilo y la calidad del vino. Para vinos blancos, se suele aplicar un prensado ligero para evitar extraer taninos y compuestos amargos de las pieles.
Por otro lado, para vinos tintos, se puede realizar un prensado más vigoroso para extraer más color, sabor y estructura. Después del prensado, el vino se traslada a tanques o barricas para su posterior maduración y envejecimiento, donde desarrollará su complejidad y carácter antes de ser embotellado.
5. Clarificación y filtración
Después del prensado, el vino puede contener partículas sólidas en suspensión, como sedimentos y residuos de levadura. Para lograr un producto final claro y brillante, se lleva a cabo el proceso de clarificación y filtración.
La clarificación implica la eliminación de estas impurezas mediante agentes clarificantes naturales o artificiales, como la bentonita o la clara de huevo, que se agregan al vino y luego se decantan o filtran junto con las partículas no deseadas.
El proceso ayuda a estabilizar el vino y a mejorar su apariencia visual. Luego, se pasa a través de filtros finos para eliminar cualquier partícula sólida restante y obtener un líquido completamente transparente. La filtración también puede ayudar a eliminar microorganismos no deseados, contribuyendo a la conservación y estabilidad del vino.
Es importante destacar que, si bien la clarificación y la filtración son prácticas comunes en la industria vinícola, algunos productores prefieren evitar estos procesos para mantener la integridad y autenticidad del vino, optando por métodos más naturales de clarificación, como la decantación o el reposo en barricas.
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6. Envejecimiento
En el proceso de envejecimiento se desarrollan las características distintivas y complejidades aromáticas y gustativas del vino. Tras la clarificación y filtración, algunos vinos, especialmente los tintos y ciertos blancos robustos, se someten a un período de envejecimiento en barricas de roble.
Acá el vino interactúa con la madera de roble, extrayendo sabores, aromas y taninos que contribuyen a su perfil final. La duración del envejecimiento varía según el tipo de vino y el estilo deseado, desde unos pocos meses hasta varios años. Las barricas de roble pueden ser nuevas o usadas, cada una aportando diferentes características al vino.
Mientras tanto, algunos vinos blancos y la mayoría de los vinos rosados pueden ser embotellados y consumidos jóvenes, sin pasar por un período de envejecimiento en barrica.
Además del envejecimiento en barricas, algunos vinos, como los fortificados, pasan un tiempo adicional en botella antes de ser comercializados. En este proceso, el vino continúa desarrollándose y evolucionando, ganando complejidad y refinamiento con el tiempo.
7. Mezcla (Opcional)
Durante esta fase, los enólogos combinan diferentes lotes de vino, ya sea de variedades de uva distintas o de parcelas específicas de viñedos, con el fin de lograr la armonía de sabores, aromas y estructura.
La mezcla permite ajustar características como la acidez, el cuerpo, la intensidad aromática y el equilibrio general, creando una expresión única y coherente.
Los enólogos pueden utilizar su experiencia y conocimientos sensoriales para determinar las proporciones óptimas de cada componente en la mezcla final, buscando resaltar las mejores cualidades de cada vino.
Es una etapa que requiere gran precisión y cuidado, ya que pequeñas variaciones en la composición pueden tener un impacto significativo en el perfil organoléptico del vino.
Una vez que se logra la mezcla deseada, puede ser dejado reposar por un tiempo adicional para permitir que los diferentes componentes se integren y se desarrollen aún más.
8. Embotellado
El embotellado marca el culmen del proceso de cómo se hace el vino, donde se encapsula toda la esencia y el trabajo invertido en cada botella.
Una vez que el vino ha pasado por todas las etapas anteriores y ha alcanzado su perfil deseado, se procede a llenar las botellas de vidrio previamente limpias y esterilizadas, se hace con sumo cuidado para evitar la contaminación y garantizar la integridad de la bebida. Las botellas se llenan, dejando un pequeño espacio en el cuello para permitir la expansión durante el almacenamiento.
Posteriormente, se insertan los corchos o tapones adecuados y se sellan herméticamente para evitar la oxidación y mantener la frescura. Algunos productores también optan por utilizar tapones de rosca u otros tipos de sellado, dependiendo del estilo del vino y las preferencias del mercado.
Una vez embotellado, el vino puede someterse a un período adicional de reposo en la botella, durante el cual se desarrollan aún más sus características organolépticas.
Finalmente, las etiquetas se aplican a las botellas, proporcionando información crucial sobre el vino, como la variedad de uva, la añada, el productor y las notas de cata.
Ahora que sabes cómo se hace el vino, te invitamos a conocer más sobre el enoturismo y a realizar alguno de los tours de Casa Concha. Este es todo un arte que implica de forma muy general los procesos anteriores, pero como en todo arte, cada enólogo puede ajustar la fórmula a su conveniencia para dar más personalidad al vino y causar aún más encanto.